Esta medida migratoria, que exige visas a los ciudadanos mexicanos debido al aumento de solicitudes de asilo por parte de connacionales, ha generado una reacción enérgica por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario ha manifestado su desacuerdo con esta decisión, aunque ha afirmado que respetará la misma. Ha expresado un “reproche fraterno” al gobierno de Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, por no considerar otras opciones o alternativas.
El presidente mexicano ha destacado la necesidad de mantener relaciones diplomáticas y económicas sólidas con Canadá, dada la importancia del intercambio económico entre ambos países.
Ha afirmado que buscarán opciones y alternativas sin romper relaciones, reconociendo que trabajadores mexicanos han migrado a Canadá durante mucho tiempo.